Por Hernan Longoni
Terminando el año 2014,
y con un mas que agonizante IA-73 UNASUR I, la FAdeA se dedicó a
elaborar el duelo que implicaba la finalización de un periodo
iniciado décadas atrás, esto es el ultimo proyecto de desarrollo
propio a gran escala. Hablamos de la trilogía Pampa/IA-73/SAIA 90.
Urge, como siempre,
aclarar que el SAIA 90 no fue mas que una idea embrionaria y quizá
impracticable, de la que jamás salió trazo alguno. Hablamos aquí
del mismo para establecer la idea integral y superadora, esbozada en
aquellos lejanos e iniciales años 1980, de una punta de lanza de un
sistema de entrenamiento básico (IA-73), básico-avanzado (IA-63) y
caza (SAIA90), del que solo se concreto el IA-63 Pampa.-
El IA-73, cuyo
requerimiento operativo se formalizara en 1982 y los trazos
definitivos comenzarían a materializarse en 1983, se vio cubierto
del polvo del olvido, hasta 2010, cuando apenas reestatizada la
fabrica y en una suerte de inventario de cosas a poner en marcha, la
dirección del ente refloto el proyecto, mandándolo a aggiornar
enancados en el desarrollo previo.
Se amplio la idea a cinco
versiones, motorizadas por motor a explosión o turbohélice, de dos
o cuatro plazas, en el primer caso tanto tándem como lado a lado.-
Las vicisitudes del
mercado, los vaivenes de los posibles socios regionales, y aun el
dudoso mensaje dado en la compra –por parte de la propia FAdeA- de
los Grob 120TP, sumado al escaso interés comercial que pareció
despertar la mock up escala 1-1 realizada, hicieron que el programa
viera su fin –casi definitivo- desde hace unos meses.-
La inclusión en el
presupuesto 2016 (que deberá aprobarse antes de la finalización del
periodo de “ordinarias” del Congreso de la Nacion) de una serie
de montos destinados a diferentes proyectos, hacen pensar –por lo
vago de la referencia en el mismo- en la permanencia de esperanzas en
alguna concrecion de ultimo momento, o bien en la extensión del
mismo a un nuevo y menos ambicioso proyecto.-
De todas maneras la
inversión de casi mil millones de pesos en el periodo 2016-2018 hace
pensar en algo mas que el IA-73.-
Es asi que hace su
entrada, en diciembre de 2014, la idea de una aeronave de menores
prestaciones que el IA-73, que pudiere cubrir un nicho mas abarcativo
y que resultase moderno y atractivo tanto para operadores civiles
como militares: El IA-100.-
El hermetismo evidenciado
en el manejo de las comunicaciones institucionales de la fabrica ha
sido vulnerado en reiteradas oportunidades en este casi año, aunque
no siempre de manera fidedigna. De este modo, la aparición en
publico el dia 21 de septiembre de 2015 del prototipo no fue sorpresa
para casi nadie.-
Esta suerte de “roll-out”
permitió un contacto mas tangible con el proyecto, que no por
atractivo deja de tener sus bemoles.-
Ya para enero de 2015 se
establecieron los lineamientos operativos del aparato, siempre
teniendo en miras el mercado tanto civil como militar.
Quedara en el misterio o
en el campo de la especulación lo sucedido con los códigos IA que
van desde el 73 al 99, lo cierto es que este proyecto se designo
IA-100.-
La realidad es que la
premura de los tiempos –sin que especulemos sobre la razón de los
mismos- hizo que se lanzara la fase1 del programa como un “diseño
y fabricación de un demostrador tecnológico”.-
Se pretende con este
aparato cubrir las exigencias de la instrucción básica de vuelo,
desde la PPA hasta un paso previo a aeronaves de mayores performances
en el ámbito militar (especulamos con un EMB 312 Tucano en la EAM),
dándosele también capacidad de instrucción para habilitación de
vuelo por instrumentos, navegación, formación y por supuesto
acrobático, razón esta ultima por la que debería ser certificado
siguiendo la norma RAAC parte 21.-
Como se ha dicho, lo
acelerado del programa, que hace pensar en una intencionalidad
manifiesta en presentarlo –como se hizo- junto al IA-58H (ahora
llamado Pucara II) y al IA-63 Pampa III, nos da la pauta del porque
de su habilitación como aeronave experimental.-
En cuanto a esta
habilitación, usamos esta palabra porque el mismo no ha sido
homologado ni certificado, por varias razones, la primera de ellas es
que la FAdeA no tiene un Depto que se dedique a estas
certificaciones, toda vez que su abocacion a la producción –aun
infima- de material lo ha sido en el ámbito del producto militar. En
segundo termino por cuanto los procesos homologatorios, de pruebas
estaticas y en vuelo, y la certificación de procesos de fabricación
echarían sobre el reloj guarismos inaceptables para la inmediatez
pretendida, que como es lógico arruinarían el efecto buscado.-
Apuntando a un futuro, se
realizo el diseño y fabricación inspirados o intentando cumplir con
la regulacion FAR 23, pero esta fase 1 (demostrador tecnológico)
acepta según fabricante las FAR 21, lo cual denota un error
conceptual toda vez que deberia ser RAAC 21, sección aeronave
experimental (certificado de aeronavegabilidad experimental).
Asimismo deberia cumplir con la normativa MIL, si se lo quiere
ofrecer como entrenador militar, especialmente la F-8785C.
Lejos de ello se solicito
a autoridad competente la regulacion la
Circular de Asesoramiento CA-20-27E.-
Gracias a la magia de la
aviación experimental, este aparato pudo ser presentado, en estatico
sin completar (falta cadena cinematica, sistema anemometrico y
comandos de motor y helice, pero eso no es un problema de ningun
tipo, si se lo piensa completar), y quedara pendiente la tramitación
para un futuro cercano de su matriculación LV-X ante la RNA, previa
aprobación por la ANAC.-
Tiene un peso vacio de
637 kg, un MTOW de 950, una capacidad de combustible de 110, que le
da un alcance máximo con 45 minutos de reserva de 850 kms.-
Un largo de 7,8 mts, una
altura de 2,40, una envergadura de 9,4 mts, la carga alar es de 76
kg/m2, la velocidad de crucero de 135 nudos, la carrera de despegue
en MTOW es de 350 mts, mientras que la de aterrizaje de 400 mts.
Es imposible determinar,
dadas las particulares condiciones de su construcción, el costo de
la aeronave, salvo por la suma de sus partes.-
Posee ala baja cantilever
monolarguera, con dos largueros auxiliares, con flaps de 35% de
carrera máxima (electrico) y el tren del prototipo es fijo, aunque
se prevee que se le instale al avión definitivo uno retractil. La
configuración de cabina es lado a lado. La visibilidad cumple con la
normativa MIL-850B, contando además con pedalera y asientos
ajustables, lo que mitigaría un poco los escasos –pero
cumplidores- 6 grados de visión hacia el frente.-
El motor elegido posee
180 HP, es el conocido Lycoming AEIO-360 BF1.-
El fuselaje contempla el
método constructivo de dos laterales, de fibra de vidrio y epoxi.-
La aviónica ha sido
integrada por la experimetada firma redimec y comprende cinco
pantallas (tres principales) MFD, con presentaciones de dinámica de
vuelo, parámetros de motor, navegación etc. Con la suficiente
redundancia como para evitar salidas de servicio en vuelo. Aunque no
ha trascendido la conformación de la o las barras de energía, la
misma es de 28 volts, como es de rigor.-
Durante la gestión del
Brig San Martin se desarrollaron los programas mas extensos de
fabricación de aeronaves. La idea era surtir a la FAA sustituyendo
importaciones, y generando asi una industria local que en ese
entonces era impensada en la región.
La claridad del objetivo
hizo que el programa IA-22, o DL-22, o simplemente DL, cumpliera con
creces las necesidades de entrenamiento de generaciones de pilotos
militares. No era una aeronave civil, y por tanto la certificación
dependía exclusivamente del Instituto Aerotecnico.
Una vez cumplida la etapa
de diseño y construcción y culminados los ensayos en vuelo, un
prototipo fue desguazado en el pabellón 90 y citados a su encuentro
fueron los industriales y talleristas metalúrgicos y de todo tipo,
para ser consultados sobre que estaban en capacidad de producir de
aquellas piezas que veian.
A quien necesito una
maquina se le dio y la pago con producción, quien pudo fabricar
cumpliendo los requisitos de calidad lo hizo.-
Este programa
experimental IA-100 intento traer consigo desde sus inicios a estos
privados, integrándose según trascendió doce empresas del ambito
tecnológico privado para concretar un aparato. Siguiendo una línea
de tiempo, se hizo al revés que lo que hizo San Martin con el DL.-
Tal como dijéramos en
presentaciones anteriores, hasta la fecha la fabrica no había podido
concretar el plan de proveedores, que en este programa superarían la
docena.
Una vez pasado el golpe
de efecto de la presentación en sociedad de un prototipo, debiéramos
asistir a los extensos, costosos y no siempre exitosos procesos de
ensayos y certificación, poniendo a prueba la integración de los
conjuntos y sistemas, previo paso de los modelos –no realizados- de
túnel de viento, o someterlos mediante el modulo pertinente de CATIA
a los ensayos virtuales. Ensayos estos últimos en los que no
entrarían en consideración las deficiencias que han trascendido se
han detectado en la construcción del fuselaje y alas (en dos ámbitos
diferentes).-
Es dable destacar que una
vez realizados todos esos procesos de costo elevado, a los efectos de
ser certificado por autoridad de aplicación civil deberán ser esos
datos refrendados por el órgano correspondiente.
Habran pasado algunos
años entonces, y algunos cientos de miles de dólares de costo (o
quizá mas) y será ese el momento de pensar si alguna Fuerza Armada
pueda utilizarlo, o algún particular pueda proyectar su preferencia
sobre un producto que quizá para entonces cueste lo mismo que sus
competidores establecidos y consagrados y que cargara en sus alas con
el dudoso prestigio de un siempre deficiente servicio post-venta y de
apoyo al cliente. Recordemos que este programa no nació de un pedido
de ninguna Fuerza Aerea, aun de la propia.-
Mientras tanto se espera que terminados los compromisos publicitarios el prototipo regrese a la Fabrica y se completen e instale la cadena cinematica de comandos, el sistema anemometrico y los comandos de motor y helice, como para poder realizar -en su caso- los vuelos iniciales a finales de año.-
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